Last chance.

Reparar sierra, limpiar horno, lubricar cañerías...
El reverendo Lampard rescató a Raymond de sus pensamientos.

- ¿Te arrepientes, hijo?

Mejor así

Lunes morning. Y con frío. Toda ayuda es poca para comenzar a rodar. ¿Uno? No, mejor dos corazones...

A las estrellas

- ¡Eh! chico ¿qué haces?
Dando un garbeo ¿no lo ves?
- En esa escoba...
- ¿Escoba? ¿qué escoba? Es mi moto. Me la ha regalado mi papá.
- Tu moto… qué risa. La gente tiene razón, sois una familia de tarados. Con ese trasto no puedes ir a ningún lado. Mi papá sí que me va a regalar una bici de verdad. Y un casco. Y un equipo de ciclista.
- Ya bueno, pero hay un sitio adonde no puedes ir con tu bici.
- Qué sitio.
- A las estrellas.
- ¿A las estrellas? ¡Vaya tontería! No se puede ir a las estrellas en moto. Hace falta una nave espacial. Y un traje de astronauta, lo he visto en la tele. Además, allí no hay nada. ¿Para qué quieres ir?
- Voy a ver a mi abuelo, para que me cuente otra historia de las suyas. Y a la mamá de Carlitos, que hacía una tarta de galletas… Y a doña Leo, la del kiosko, que siempre me daba una gominola extra... Y...
- ¿A las estrellas? ... estás tonto…
Una mirada fija. Una sonrisa.
- Rum, rum… tú si que estás tonto…

Casa tomada

En nuestra vida, ¿queremos a los que están? ¿están todos los que queremos? ¿les abrimos nosotros la puerta? ¿forzaron la cerradura? ¿entraron por la ventana?...

¿Somos los propietarios? O tenemos nuestra casa tomada...