Miopía.

Mark Adams. Cuarenta y dos años. Divorciado. En pleno proceso de reconstrucción sentimental. Y emocional. Sobremesa preveraniega. Botella de tinto vacía, restos de postre, licor transparente.
- Creo que vamos en serio. Hay dos cepillos de dientes en mi cuarto de baño. Y una caja de hilo dental.
- ¿De hilo dental? -pregunto.
- De hilo dental -responde.
Y arquea sus cejas. Y se ríe. A carcajada limpia. Recupera el aliento.
- Al final, el viejo estaba en lo cierto.
- ¿Cómo?
- Mi padre. Tendría yo ocho o nueve años. Entonces no entendí de qué diablos me estaba hablando. En la boda de tío Roger, justo cuando los novios salían de la iglesia. Su mano apretando mi hombro. No seas un ignorante, chico, intenta alcanzar siempre el conocimiento. Aunque, en ciertas ocasiones, verás que es preferible quedarse en los límites de la imaginación...
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