Yo pondré los dados.

Sucedió hará un par de días. Recuerdo haberlo visto en el noticiario nocturno. El escenario, una inmensa plaza abarrotada de gente. De todas las edades. De ambos sexos. De cualquier condición. Y allí estaba él. En segunda fila, en lo alto del balcón presidencial, un par de metros detrás del líder carismático. A ras de suelo, la multitud aguardaba expectante. Con el cuello dispuesto en ciento ochenta grados. En un momento dado, el oráculo avanzó unos pasos y susurró al oído del líder. Éste miró al frente. Sonrió. Levantó sus brazos...

-          Mañana... ¡¡¡¡ SOL !!!! ... ¡¡¡ Y buen tiempo !!!

El delirio fue indescriptible...

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