Vivimos tiempos
convulsos. Tiempos de proclamas, de consignas, de voces estridentes. Tiempos
extraños, tiempos superlativos, tiempos muertos. Tiempos en los que cada
segundo parece que vaya a ocurrir algo. Algo tremendo, algo inesperado, algo
irreversible. Vivimos en un estado de expectación constante, de inminente salto
al vacío, de parálisis permanente. Los noticieros nos abruman, nos mantienen en
guardia, nos ofrecen sobredosis. Nos nublan la vista, nos impiden ver el
bosque. Pero lo hay. Bosque, me refiero. Y árboles también. En medio de toda
esta nube de polvo, continúa habiendo gente. Gente que vive, gente que ríe,
gente que sufre, gente que duerme, gente que muere. Esta semana se fue Mr.
Petty. Podría hablarles de él, de su música, de su talento, de lo que supone
que haya tipos así sobre un escenario. Podría hablarles de pioneros, de temerarios,
de locos maravillosos. Pero para eso ya está Eric. Eric Becher. Para eso tiene
su propio relato. Para eso confía en Harvey. Para que siga su estela. Para que
sea el próximo Honky Tonk Man. Así que no le pisaré su historia. Voy a hacer
algo mejor, voy a ofrecerles su pentagrama. Confíen en mí por un momento, busquen
sitio en el arcén, detengan un minuto su marcha. Pónganse cómodos. Imaginen que,
esta vez, sé de qué estoy hablando.
Con todos
ustedes, “Walls (Circus)”, by Tom Petty. (Buen viaje, maestro. Rockers will
never die).
2 comentarios:
muy interesante como escribes Me ha encantado leerte
¡Muchas gracias! Un placer tu visita. Espero que no sea la última ☺
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