De par en par (III)

Una mañana de octubre, unos tipos vestidos de azul trajeron a F. La colocaron en esta misma acera, justo enfrente de nosotros. Expectantes, estuvimos todo el día esperando a que abriera la boca. Ni siquiera se dignó a saludar. ¡Niñata estirada! Sin embargo, al caer la noche, F comenzó a brillar. Como una estrella. Como si nada más estuviera ocurriendo en ningún otro lugar del planeta. Nos quedamos todos sin aliento. Éramos conscientes de que, a partir de ese instante, ya nada volvería a ser lo mismo. ¿Qué habíamos estado haciendo antes de conocerla?

Ahora la pobre está achacosa. Dicen que no es eficiente y que resulta un peligro para conductores. A finales año, está previsto que la sustituyan por un cabeza hueca de fibra de vidrio y tecnología eco-sostenible. Promete que serás amable con él, me dice siempre F, seguro que transmite energía positiva. ¡Al infierno! Que no cuente conmigo. ¡Qué sabrá de cómo iluminar una calle! Estos jóvenes engreídos creen tenerlo todo bajo control. Ni idea. Como dice F, hoy en día confundimos alumbrar con ilumina. Y no es lo mismo V, no es lo mismo...

CONTINUARÁ...

No hay comentarios: