Una mañana de octubre, unos tipos vestidos de
azul trajeron a F. La colocaron en esta misma acera, justo enfrente de
nosotros. Expectantes, estuvimos todo el día esperando a que abriera la boca.
Ni siquiera se dignó a saludar. ¡Niñata estirada! Sin embargo, al caer la
noche, F comenzó a brillar. Como una estrella. Como si nada más estuviera
ocurriendo en ningún otro lugar del planeta. Nos quedamos todos sin aliento.
Éramos conscientes de que, a partir de ese instante, ya nada volvería a ser lo
mismo. ¿Qué habíamos estado haciendo antes de conocerla?
Ahora la pobre está achacosa. Dicen que no es
eficiente y que resulta un peligro para conductores. A finales año, está
previsto que la sustituyan por un cabeza hueca de fibra de vidrio y tecnología
eco-sostenible. Promete que serás amable con él, me dice siempre F, seguro que
transmite energía positiva. ¡Al infierno! Que no cuente conmigo. ¡Qué sabrá de
cómo iluminar una calle! Estos jóvenes engreídos creen tenerlo todo bajo
control. Ni idea. Como dice F, hoy en día confundimos alumbrar con ilumina. Y
no es lo mismo V, no es lo mismo...
CONTINUARÁ...
CONTINUARÁ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario